Nota del editor: Este artículo se publicó por primera vez el 22 de octubre de 2025 por Julia Reed y fue traducido al español por Sofia Pease el 24 de octubre de 2025.
Mientras llega la brisa otoñal, los estudiantes se apresuran a asegurar sus apartamentos para el siguiente año académico. Después de septiembre, la locura por el alojamiento en West Campus está en pleno desarrollo: los estudiantes firman contratos con un año de anticipación, los agentes anuncian alquileres en campus y el temor de no encontrar un lugar donde vivir persigue a los inquilinos. En un mercado tan competitivo, los estudiantes necesitan los conocimientos y las herramientas necesarias para navegar estratégicamente por el proceso de búsqueda de alojamiento y evitar errores costosos.
Con una matriculación récord de 55 000 estudiantes, la alta demanda de alojamiento en la Universidad de Texas es inevitable. A pesar de los avances en la zonificación, la oferta y la demanda siguen sin coincidir. La mayoría de los nuevos complejos se comercializan como “de lujo”, con alquileres acordes a ello. El precio de vivir en un departamento de un dormitorio en West Campus es aproximadamente un 65% más alto que la media de Austin, con un coste anual alrededor de 13 000 dólares al año, más que la matrícula para los que vienen de dentro del estado.
La presión del alquiler genera riesgos. Los estudiantes firman los contratos de alquiler con casi un año de anticipación, a veces incluso antes de mudarse a Austin. Las familias con recursos pueden esperar; las que no los tienen, no.
“Ni siquiera me considero de clase media, sino más bien de clase baja”, dijo Miguel, estudiante de último año de astronomía e ingeniería aeroespacial. “Mis padres no pueden permitirse ayudarme (así que) tengo que empezar a planificar dónde voy a vivir y (cómo) voy a poder pagarlo en el futuro”.
Los estudiantes que planifican tarde o no tienen una red de apoyo se enfrentan a gastos ocultos, exigencias de consignatarios o garantes y a la inseguridad habitacional, disfrazada de marketing de falsa urgencia. Pero hay formas de protegerse: empieza por comparar precios. Compara diferentes viviendas contrastando precios y características para encontrar la que mejor se adapte a tus necesidades.
“Lo mejor que los estudiantes pueden hacer por ellos mismos es comparar precios”, afirma Jake Wegmann, profesor asociado de arquitectura y miembro del cuerpo docente de planificación comunitaria y regional. “No aceptes nada si alguien te presiona para que firmes rápidamente”.
Lo más importante es saber lo que estás firmando. Lee atentamente el contrato de alquiler: comprueba si hay disposiciones de subalquiler, renovaciones automáticas, responsabilidad de los compañeros de piso, gastos de entrada y salida, y cómo se facturan los servicios públicos. Además de los contratos y la letra pequeña, los estudiantes deben familiarizarse con el espacio físico de la vivienda que van a alquilar.
“Mi consejo número uno a la hora de buscar un departamento es visitar la vivienda exacta que vas a alquilar”. Afirma Riley Shop, codirector de políticas de la Unión de Inquilinos Universitarios.
Además, no te fíes solo de los modelos de piso, ya que pueden ocultar moho, daños o acabados diferentes. Asegúrate de confirmar por escrito las fechas de mudanza. Por ejemplo, la residencia de Miguel este semestre retrasó su fecha de mudanza hasta el semestre de primavera, cuando ya habían pasado tres semanas de clase, y no le ofrecieron ninguna compensación.
“Lo único que me dijeron fue: ‘Puedes buscar un alojamiento temporal’, y me enviaron un enlace (a un hotel)”, explicó Miguel. “No me ofrecieron ninguna ayuda económica”.
Pregunta sobre las sanciones o los planes de alojamiento a corto plazo si los contratistas no cumplen con los plazos. Cuando sea posible, pide a los Servicios Legales para Estudiantes que revisen los contratos de alquiler antes de firmarlos. Haz también preguntas prácticas: ¿cuáles han sido los aumentos de alquiler, cómo se cobran los servicios públicos y cuál es el historial de vacantes del edificio?
Si un agente de alquiler responde presionando con fechas, aléjate. La urgencia puede ser una táctica de venta, no necesariamente una señal de escasez. Es importante estar alerta cuando se trata de grandes administradores de propiedades, que a menudo recurren a la urgencia y a plazos cortos para llenar las unidades.
UT ofrece recursos para vivir fuera del campus: guías de alojamiento, asistencia jurídica y asociaciones comunitarias. ¡Aprovecha las herramientas! La guía para buscar apartamentos ayuda a simplificar el proceso de comparación de ofertas en una hoja de cálculo. Revisa el manual de derechos de los inquilinos y la legislación sobre propietarios e inquilinos. Utiliza sus plantillas de cartas para orientar las conversaciones con los arrendadores y compañeros de piso.
Los estudiantes no deben firmar presionados por el pánico. Hasta que mejoren la oferta, la supervisión y la transparencia, la mejor defensa seguirá siendo el conocimiento: comparar precios, visitar la unidad exacta, leer todas las cláusulas y aprovechar los recursos de la universidad.
Reed es una estudiante de segundo año de comunicación política de Corpus Christi, Tejas.
