Con su reputación en juega, donde dibuja la línea UT?

Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 5 de febrero por The Daily Texan Editorial Board y fue traducido al español por Alyssa Ramos. 

Advertencia de contenido: esta historia menciona violencia interpersonal 

El 12 de diciembre del 2022, el antiguo entrenador del equipo de baloncesto de Texas, Chris Beard, fue arrestado y acusado por un delito grave de tercer grado de agresión a un miembro de su familia. La Universidad lo suspendió sin sueldo ese mismo día. Incluso después de que su prometida, Randi Trew, retractaba la acusación, el 5 de enero, Beard fue aún despedido un poco más de tres semanas después de su arresto. 


Seis meses antes, en junio del 2022, Arterio Morris, un jugador de primer año del equipo de baloncesto masculino de Texas, fue también arrestado y acusado por un delito menor de clase A por asalto que causa lesiones corporales a un miembro de su familia. A diferencia de Beard, Morris no fue suspendido. A medida que continúa la temporada de baloncesto del 2022-2023, Morris sigue siendo elegible y juega para la universidad en la posición de movedor.  

Ciertamente, las situaciones son diferentes. Beard era un entrenador de la Universidad que fue acusado por un delito grave, mientras Morris es un estudiante atleta que fue acusado por un delito menor. Sin embargo, el enfoque de UT para asignar medidas disciplinarias plantea preguntas sobre su proceso para manejar tales casos. Aunque el despido de Beard fue bien intencionado, revela inconsistencias en los estándares de UT para abordar la mala conducta dentro de su departamento de atletismo.

En una carta dirigida al abogado de Beard, Perry Minton, que fue proveída a The Daily Texan, el vicepresidente de Asuntos Legales de UT, James Davis, explicó la justificación de UT para el despido de Beard. 

“Chris Beard se involucró en un comportamiento inaceptable que lo hace inadecuado para servir como entrenador en jefe en nuestra universidad”, escribió Davis. “Aunque el Fiscal de Distrito no decida acusar al Sr. Beard, eso no es determinante de si participó en una conducta inapropiada para el entrenador en jefe en nuestra universidad”.

En un correo electrónico, Minton reiteró su creencia en la inocencia de Beard y expresó decepción que UT lo despidió antes de que su caso pudiera ser adjudicado legalmente.

En este caso, los administradores de UT estaban despreocupados con el resultado del juicio de Beard. Los Administradores no despidieron a Beard porque un tribunal lo declaró culpable de asalto grave; más bien, encontraron que su “conducta era impropia.”

“Un entrenador es un líder, un líder que desarrolla el carácter positivo de los estudiantes atletas, apoya su educación, los prepara para el éxito en vidas después de la graduación y representa a la Universidad de Texas con honor y respeto”, escribió Davis.

UT entiende que sus entrenadores deben mantenerse a un alto nivel debido a sus roles prominentes y privilegiados. Como figura central del departamento de atletismo de UT, quien fue responsable de dirigir el equipo de baloncesto masculino, el comportamiento de Beard es inaceptable a los ojos de los funcionarios de la Universidad. Pero estos nobles ideales no deben aplicarse exclusivamente a los entrenadores.

Aunque los estudiantes-atletas de nivel universitario tienen muchas responsabilidades académicas y personales, sus plataformas altamente publicitadas significan que también comparten la obligación de mantener los estándares morales y éticos. Al igual que sus entrenadores, los jugadores también representan a UT y deben esforzarse por la excelencia tanto dentro como fuera de la arena deportiva.

 A pesar de estas consideraciones, la respuesta de la Universidad fue mucho más medida al evaluar la situación de Morris. Incluso cuando los fiscales sopesaron la acción legal contra Morris, no fue suspendido. Pero sancionar a Morris tras su arresto no hubiera sido una respuesta desproporcionada. Las universidades públicas mantienen una autoridad discrecional significativa al disciplinar a los estudiantes atletas, que van desde un proceso de revisión obligatoria hasta la suspensión automática después de un arresto. Por lo tanto, suspender a Morris estaba dentro de la jurisdicción de UT. 

El vicepresidente de UT y director atlético Chris Del Conte y Justin Moore, el abogado de Morris, no pudieron ser contactados para hacer comentarios. John Bianco, el director asociado senior de atletismo para comunicaciones, declinó hacer comentarios.

No sabemos qué proceso de investigación interno tiene UT, y no sabemos qué factores llevaron a los administradores a seguir caminos divergentes con Beard y Morris. Sin embargo, sí sabemos que ambos Beard y Morris fueron arrestados y acusados por asalto, pero solo uno de ellos enfrenta consecuencias sustantivas por parte de la Universidad.

A partir del 5 de febrero, los registros judiciales del condado de Denton muestran que Morris tuvo una moción para obligar a comparecer ante el tribunal de descubrimiento el 19 de enero, y su juicio con jurado está programado para el 29 de marzo.

Texas Athletics ferozmente protege  su imagen. Para un programa de alto calibre y mejor clasificado como el de UT, la reputación importa. En el futuro, UT debe ser más consciente de los procesos y justificaciones utilizados para proteger esta reputación. La conducta “impropia” es inaceptable, independientemente de si proviene de un entrenador o de un jugador.

El consejo editorial consiste de los editores asociados Justice DuBois, Faith DuFresne, Mihir Gokhale, Alyssa Ramos y la editora en jefe Megan Tran.