Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 12 de abril por Trisha Dasgupta y fue traducido al español por Paula Botello. 

Gina Chavez comenzó a lanzar música en 2007, haciendo olas como artista pop Latinx aclamada internacionalmente. Resonando con el público alrededor de Austin y del mundo durante los últimos 16 años, su álbum más reciente, La Que Manda, le valió una nominación a los Latin Grammys.

Sin embargo, para Chavez, la música es más que solo premios y reconocimientos, también es la forma en que ayuda a quienes lo necesitan. En 2010, la exalumna de UT, junto con su esposa Jodi Granado, fundaron el programa Niñas Arriba, un fondo de becas que utiliza el dinero de conciertos benéficos para ayudar a mujeres jóvenes en El Salvador a ir a la universidad.

“Me di cuenta de la situación en El Salvador por primera vez cuando vi la presentación de Donna DeCesare cuando era estudiante en UT”, dijo Chavez. “Ella pasó años como fotoperiodista documentando El Salvador durante la Guerra Civil. Su trabajo me conmovió profundamente, y a partir de ese momento, sentí una afinidad por El Salvador”.

Después de obtener información sobre las áreas  de El Salvador afectadas por la pobreza, Chavez y Granado se mudaron a Soyapango para ayudar a enseñar a niñas en una escuela católica de bajo costo en el área. Durante ocho meses, la pareja se dio cuenta de que querían más para las estudiantes y, finalmente, lanzaron Niñas Arriba en 2010.

“El objetivo inicial era asegurarnos de que las cuatro estudiantes mayores de la escuela pudieran ir a la universidad”, dijo Chavez. “Vivíamos con ellas. Eran como nuestras hermanas. Solo queríamos tratar de ayudar, y terminamos logrando ayudar a tres de ellas”.

Poco a poco, el programa creció, y Chavez comenzó a recaudar dinero y a crear conciencia sobre la situación a través de conciertos en Austin. David Holiday, fundador de Stone Room Concerts y patrocinador fiscal de Niñas Arriba, ayuda a planear estos conciertos benéficos.

“La gente se siente atraída por los músicos, los grandes músicos, que también creen en algo, y eso es lo que inspira a la gente a dar a esto”, dijo Holiday. “Gina puede hacer ese puente con su música para promover la importancia de que las mujeres jóvenes obtengan una educación universitaria”.

Los estudiantes del programa reciben diversos tipos de apoyo monetario, incluyendo alojamiento, suministros y otros gastos. Para Leidy González, estudiante de derecho en UCA El Salvador y receptora actual del fondo, Niñas Arriba no solo brinda ayuda financiera, sino también un sistema de apoyo.

“En casa, solo trabaja mi padrastro”, dijo González. “Mi hermana también está estudiando, así que no era posible pagar mi educación universitaria. Desde 2020, Niñas Arriba ha estado pagando por mi universidad y todo lo que necesito, además del apoyo moral y la atención que me han brindado”.

Chavez dijo que ayudar a educar a niñas en áreas de bajos ingresos va mucho más allá de obtener un título universitario, ya que ve a los ex alumnos del programa formar sus propias familias.

“Una de nuestras alumnas nos miró y nos dijo: ‘Mi hija irá a la escuela. Mi hija aprenderá a hablar inglés. Mi hija tendrá una oportunidad como la que ustedes me han dado’. Me pone la piel de gallina pensar en eso”, dijo Chávez.

Haciendo eco de los sentimientos de Chávez, González enfatiza la importancia de empoderar a las jóvenes para que sean líderes en sus propios países.

“Las niñas pueden empoderar a otras niñas para que crean en sí mismas para obtener una educación superior y hacer cambios en sus vidas, su familia y su entorno”, dijo González. “Un título universitario me ayuda a ser una profesional que puede hacer cambios no solo en mi vida personal sino también en nuestra sociedad, que necesita personas comprometidas a ser parte del futuro de El Salvador. Las mujeres necesitan ser parte de los profesionales que pueden cambiar nuestra sociedad”.