Un salón en el edificio del Teresa Lozano Long Institute of Latin American Studies en UT se llenó de todo tipo de personas ansiosas de escuchar a un panel de chilenos hablar sobre sus experiencias alrededor de la dictadura de Augusto Pinochet, 50 años después del golpe de estado en Chile el 11 de septiembre de 1973.
“Tiene una satisfacción muy grande poder usar nuestras redes de contactos y nuestro interés en el tema para abrir un poco la conciencia de los ciudadanos jóvenes en Estados Unidos”, dijo Paloma Díaz, directora asistente de programas en LLILAS.
Díaz lleva desde el 2003 organizando pláticas cada décimo aniversario del golpe de estado. El panel de este año, titulado Testimonios y Remembranzas, se enfocó en compartir testimonios de primera mano de aquellos que vivieron por la breve presidencia de Salvador Allende, el golpe de estado y los años difíciles durante y después de la dictadura. Los panelistas consistían de Paloma Díaz, Carlos Lowry, Pablo Millalen, Guillermo Pérez, Nathan Stone y moderado por Joshua-Frens String.
“Es una historia que se debe de contar”, dijo Carlos Lowry en inglés, un muralista y residente de Austin por 45 años. “Es importante que los estadounidenses reconozcan que participamos en el (golpe de estado) y que no fue algo que hizo la gente (de Chile) sola”.
La discusión, que duró hora y media, fue llevada a cabo en ambos idiomas, inglés y español, y el panel diverso presentó todo tipo de perspectivas.
“Quisimos hacer un evento que fuera más a nivel personal”, dijo Diaz. “Queríamos generaciones jóvenes de estudiantes, queríamos mi generación que estaba ahí y tenemos un estudiante chileno que es Mapuche, que tiene una perspectiva muy importante. Entonces esa composición nos da un abanico bien grande de ideas y experiencias”.
Este evento no solo se trato de las experiencias de los invitados, sino también funcionó como un método de inspirar a los jóvenes a participar en la política de su estado, ya que muchos lugares en los Estados Unidos corren el riesgo de perder su derecho a votar “a la vuelta de esquina”, según Díaz. También mencionó un sentimiento de “apatía” en los jóvenes adultos mientras actuaba como registradora de votos después de la elección de Trump.
“Nosotros sabemos que la democracia se puede perder con un golpe de estado, pero también se puede perder a través del desmantelamiento sistemático que quitan los derechos poco a poco”, dijo Díaz. “Es como el efecto de la rana en el agua hirviendo. No te das cuenta que está hirviendo hasta que es muy tarde”.
A pesar del tema sombrío, los panelistas hablaron con mucha esperanza del futuro. Varios de los participantes hablaron de la valentía de los chilenos en ese entonces y como esa valentía sigue en el país, nombrando como ejemplo la protesta masiva de jóvenes en el 2019 contra el gobierno chileno que intentaba aumentar el costo del metro público por 30 pesos.
“Lo que queremos hacer es animarlos a que ustedes aprendan la historia de otros países”, dijo Díaz. “Y que puedan darse cuenta que la importancia del voto es esencial y es un derecho inalienable, y que tenemos que usarlo antes de que se pierda”.
Yvette Niemeyer, una de las asistentes del evento, dijo que quiso venir a escuchar el panel para aprender más sobre la historia de Chile en la época de Pinochet, ya que su esposo era estudiante durante su dictadura.
“Me encanto escucharlos a todos”, dijo Niemeyer en inglés. “Fue un panel fantástico, y me ayudó a entender el significado del 11 de septiembre en otros lugares del mundo”.