El desfile anual “Viva la Vida” del Día de los Muertos de Austin recorrió el histórico 6th Street el sábado por la tarde. Los asistentes ondeaban papel picado de múltiples colores, mostraron diversas formas de arte y cultura latinx y empujaron un gran pastel de mentiras para celebrar su 40 aniversario. Allí, en ese caluroso y húmedo día de octubre, los miembros de la hermandad Phi Lambda Chi Latina de UT llevaron carrozas a lo largo del recorrido de media milla del desfile.
“Estuvo bien grande, y para ser honesta no esperaba que hubiera tanta gente”, dijo Jazlynn Moya, un estudiante de neurociencia de tercer año en UT y presidenta de Phi Lambda Chi. “Había muchos diferentes tipos de personas. Estaban tan emocionados por estar allí”.
Pi Lambda Chi requiere 10 horas de voluntariado a cada uno de sus miembros. Cuatro miembros se inscribieron como voluntarios en el desfile de este año, entre ellos Moya, quien dijo que desconocía la gran celebración de la cultura Latinx que toma lugar en el corazón de la ciudad antes de ofrecerse como voluntaria este año.
“Nunca había ido a algo como (el desfile)”, dijo Moya. “Así que fue realmente genial ver todas las cosas diferentes que tenían, especialmente para los niños”.
El museo Mexic-Arte de Austin lleva desde 1984 organizando el festival y el desfile para celebrar la ocasión, con el tema especial de este año siendo La Catrina, un símbolo mexicano muy conocido al que se rinde homenaje durante las celebraciones. Precolombino, México Lindo y Las Américas, Chicanx y Austin Weird formaron el resto de las categorías del desfile. En cada sección se presentaron distintas expresiones culturales de la ciudad.
En el desfile participaron grupos de danza como los Guerreros de Xochipilli y Danza Azteca, escuelas primarias locales que tocaban instrumentos o bailaban folclórico, e incluso mariachis de Austin. Moya y Marilia Silva, otra integrante de la misma hermandad, ayudaron a llevar grandes íconos de papel maché de la cultura Latinx, incluyendo figuras como Frida Kahlo y Pancho Villa.
“Fue genial, porque creo que nunca me he involucrado en la cultura latina ni he hecho nada por ella”, dijo Moya. “Fue muy agradable por fin poder tomar parte en algo así”.
El desfile, de una hora de duración, concluyó con el festival anual, en el que se presentaron más grupos de danza y música junto con artesanos locales que vendían alebrijes, camisetas y otros recuerdos celebrando la cultura latina.
“Fue agradable ver un montón de aspectos diferentes de la cultura mexicana, porque yo no soy mexicana”, dijo Silva, quien es estudiante foránea de Brasil. “Fue agradable aprender sobre más aspectos (de la festividad), escuchar la música y simplemente ver la comunidad”.