Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 16 de septiembre del 2024 por Bailey Raymond y fue traducido al español por Dieter Mouchkatine.
Sin audiencias en vivo para escuchar, miles de músicos latinoamericanos usaron las redes sociales para expresar sus sentimientos sobre la pandemia de COVID-19. Los autores J.A. Strub y Daniel Margolies trabajaron incansablemente para capturarlos todos en su libro “¡Maldito Coronavirus!”
Desde videos con cinco vistas hasta canciones con decenas de millones, a lo largo de la pandemia Strub y Margolies recorrieron YouTube para documentar la reacción latinoamericana a la pandemia a través de la música. Publicado el 8 de septiembre, “¡Maldito Coronavirus!” detalla el momento pandémico en la música, según Equinox Publishing. Strub dijo que escucharon más de 4,000 ejemplos de música subidos a YouTube durante la pandemia de COVID-19, de los cuales incluyeron 3,000 en su libro.
“Lo que realmente nos asombró fue la cantidad de música que vimos, la variedad en términos del número de países representados, la cantidad de estilos representados e incluso el rango emocional”, dijo Strub. “Iba desde canciones que lamentan la pandemia como algo trágico — que hablan del miedo y la ansiedad del momento pandémico — hasta canciones que de alguna manera rechazan la gravedad de la pandemia y animan a la gente a tomárselo con calma y seguir festejando”.
Como músico e historiador, Margolies dijo que tuvo una conexión personal con el libro al presenciar la influencia sanadora que la creación de música proporcionaba a las personas y familias que entrevistaba.
“Esta expresión musical en toda la región (latinoamericana) tuvo un impacto muy positivo a nivel individual, emocional, psicológico y musical en todo tipo de personas que, de otro modo, habrían estado muy aisladas”, dijo Margolies.
Strub dijo que un aspecto importante del libro es la lista de reproducción de YouTube con 3,291 canciones mencionadas o incluidas en el texto. Strub comentó que escuchar música mientras se lee el libro es fundamental.
“He impartido clases en la UT (como) instructor de posgrado en la Escuela de Música Butler”, dijo Strub, estudiante de posgrado en etnomusicología. “Una cosa que siempre intento involucrar en mis clases es la escucha activa, porque de qué sirve leer sobre música si no la estás escuchando?”.
La portada del libro busca encarnar los mensajes centrales del texto a través de auténticas técnicas de impresión mexicanas, según el ilustrador de la portada, Alec Dempster. La experiencia de Dempster documentando música tradicional en Veracruz, México a través de su obra inspiró la ilustración de la portada, que refleja la diversidad de América Latina.
“Aunque (quizás) no tuviera una audiencia específica en mente, la música resultante pudo haber llegado a cualquier parte, pero provenía de América Latina”, dijo Dempster. “Era la amplitud de todo esto lo que (traté de plasmar)”.
Margolies dijo que él y Strub eligieron América Latina como su enfoque debido al impacto perdurable que el COVID-19 tuvo en su cultura.
“Los creativos, así como las personas de la industria, músicos y emprendedores en los espacios digitales, realmente respondieron de maneras interesantes y culturalmente significativas”, dijo Margolies.