¿UT cortará alguna vez los lazos con los combustibles fósiles?

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Leila Saidane

A protester chants and holds a sign during a climate action rally on Oct. 26, 2021.

Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 6 de febrero por Samantha Greyson y fue traducido al español por Mariana Flores-Sosa.

En 1876, la Constitución de Texas regaló más de dos millones de acres de tierra en el oeste de Texas a UT y A & M para apoyar sus donaciones universitarias. Casi 50 años después, el pozo petrolero número 1 de Santa Rita descubrió petróleo en estas tierras del condado de Reagan, lo que marcó el comienzo de la larga relación de “UT System” con la industria.  

Con más de 20,000 pozos petroleros perforados hasta la fecha en los terrenos de la universidad y 24,000 ubicaciones de perforación potenciales o futuras en el sitio, los terrenos petroleros de propiedad y rentados por  la Universidad bombean alrededor de 65,000 barriles de petróleo equivalente por día. 


La dotación de $42 mil millones de UT System, solo superada por la Universidad de Harvard (un título que la universidad “Ivy League” podría perder ante UT), debe la mayor parte de sus ganancias a los profundos vínculos del Sistema con el petróleo y el gas. 

En los últimos años, siguiendo la tendencia mundial de las universidades de desinvertir en la industria de los combustibles fósiles, los estudiantes de UT han pedido a la administración de la universidad a ser cada vez más transparentes de sus ingresos con respecto al petróleo y gas. Los activistas climáticos estudiantiles esperan que la Universidad finalmente deje de fracturar en los terrenos universitarios, cambie desinversiones a energía limpia y mitigue el daño ambiental causado por la producción de combustibles fósiles. Pero la relación de Texas con el petróleo, más el gobierno conservador del estado, hace que la presión por la desinversión sea difícil. 

Los ingresos fluyen hacia el fondo universitario permanente del UT System y los fondos universitarios disponibles. El fondo (PUF) ha recibido entre $500 millones y $2.1 mil millones de actividades de petróleo y gas natural cada año desde 2010, dijo Catherine Frazier, directora de relaciones con los medios de UT Systems. 

El Sistema usa el dinero en el “PUF” para apoyar financieramente a UT-Austin y sus otras instituciones, que incluyen la Universidad de Texas/ “Texas A & M Investment Management Company” que invierte el dinero en varias empresas y activos – menos de el 5% de las inversiones de UTIMCO son directamente en el petróleo y gas, dijo Frazier. La “AUF” compuso el 13% del presupuesto de casi $3.6 mil millones de la Universidad para el año escolar 2022-23.

Aunque el gobernador Greg Abbott y otros miembros del gobierno estatal han tomando medidas para mantener la industria del petróleo y el gas en Texas, los científicos han demostrado que la industria de los combustibles fósiles – la quema de petróleo y gas natural y la posterior emisión de gases de efecto invernadero – es el mayor contribuyente al cambio climático global. 

En una cita de la Sociedad Estadounidense de Física en el sitio web de la NASA, los científicos dijeron que el cambio climático es el calentamiento de la Tierra causado por el hombre, y sus efectos pueden causar daños ambientales, sociales y económicos significativos en todo el mundo. El sitio web de la NASA también afirma que el 97% de los científicos del clima que publican activamente están de acuerdo en que el cambio climático causado por el hombre es real y está calentando el planeta. 

La Lucha

Una organización estudiantil a la vanguardia de impulso para la desinversión de la universidad es “Students Fighting Climate Change”. Eleanor Hammersly, miembro de SFCC, dijo que la organización quiere ver que las acciones de la Universidad se alineen con su moral. 

“El fracking y los combustibles fósiles son industrias que causan el cambio climático”, dijo Hammersly, estudiante de último año de interpretación musical. “Como la Universidad que se jacta de ‘lo que comienza aquí cambia el mudo’ y que (ellos) quieren ‘transformar vidas para mejorar la sociedad’. Solo queremos que la universidad reconozca la crisis climática y reconozca su propia perpetuación de la crisis en forma de tierras del oeste de Texas.”

Durante una entrevista con “The Daily Texan” el otoño pasado, el presidente Jay Hartzell reconoció que el clima de la Tierra está cambiando, incluyó el aumento de las temperaturas, pero no expresó su apoyo al movimiento de desinversión. 

“Como un profesor de finanzas, no estoy convencido de que la mejor manera de impulsar el cambio sea que cierto sector de la comunidad inversora no invierta en una clase de activos”, dijo Hartzell. 

Hartzell dijo que como una universidad de Texas, UT debe “mantener un papel de liderazgo en el sector de energía”, que incluye energía tradicional y sostenible. 

“Creo que si la meta es tener una conversación sobre el clima o la política energética o el uso de la energía, existen herramientas más efectivas que tratar de defender una posición de no invertir, por ejemplo, en empresas de energía”, dijo Hartzel en la entrevista. 

Instituciones como la Universidad de Harvard, la Universidad de Boston, la Universidad de Stanford y la Universidad de Michigan se han comprometido a desinvertir en la industria de los combustibles fósiles, pero a pesar de las continuas demandas de desinversión de los estudiantes de UT, la universidad no se ha comprometido.

Phoebe Barr, estudiante de tercer año de Harvard, es parte del movimiento “Fossil Fuel Divest Harvard”, que resultó en que la Universidad se comprometa a deshacerse de los combustibles fósiles en 2021. Barr dijo que una variedad de cosas contribuyeron al acuerdo de Harvard para desinvertir, incluido un asalto al campo de fútbol durante un juego contra Yale hace casi cuatro años, pero fue la acción legal lo que ella cree que empujó a Harvard a comprometerse. 

En la primavera del 2021, la organización presentó una demanda legal contra la Universidad alegando que las inversiones en combustibles fósiles de Harvard eran ilegales.

“Harvard, como organización sin fines de lucro, tiene la obligación de invertir en cosas que sean prudentes y que funcionen para el beneficio de sus estudiantes” dijo Barr. “La industria de combustibles fósiles no es prudente ni en el mejor interés de los estudiantes”.

Debido a que Harvard es una institución sin fines de lucro, se espera que sus ingresos beneficien a los estudiantes de la Universidad, dijo Barr. 

Harvard es una universidad privada, entonces no están vinculados a un gobierno estatal que controle la financiación como el Sistema UT. 

Otras instituciones han optado por desinvertir en combustibles fósiles debido a las demandas de los estudiantes, la presión gubernamental o la presión de profesores, ex alumnos y donantes, según dijo Georges Dyer, director ejecutivo de “International Endowments Network”.

“A veces, la presión de los estudiantes es fundamental para que la conversación avance”, dijo Dyer. “Y luego, lo que que vemos a menudo es (que) los comités de inversión, los fiduciarios y la dotación lo miran y evalúan el aspecto financiero. Ven los beneficios financieros en el caso de la inversión, y eso les da la tranquilidad de que es una forma inteligente de avanzar a largo plazo”. 

La Logística

En UT, los lazos políticos de la Universidad podrían desempeñar un papel en su relación con los combustibles fósiles, dijo David Space, profesor de derecho energético de UT. 

“Dado que UT es una institución estatal, es supervisada por una Junta de Regentes que son designados por políticos estatales, de los cuales la mayoría están a favor del desarrollo de los recursos de petróleo y gas en Texas”, dijo Spence. “Sus objetivos principales son maximizar los rendimientos, y la desinversión en petróleo y gas probablemente no sea un punto de vista mayoritario dentro de las instituciones”.

Abbott es un firme partidario de la industria de los combustibles fósiles y ha ignorado el cambio climático. También nombró miembros para las universidades de Texas, incluidas las de UT, como un favor a los donantes de la campana, según informa “The Texas Tribune”. Estos miembros toman decisiones sobre cómo el Sistema invierte su dinero y se alinean en gran medida con las opiniones conservadoras de Abbott. Sin embargo, Frazier dijo que las decisiones de inversión de UTIMCO no se ven influidas por lazos sociales o políticos. 

“Muchas firmas externas que UTIMCO contrata para administrar activos de dotación consideran factores ambientales en sus procesos de inversión, reconociendo que la consideración de factores ambiental y socialmente sostenibles es una buena práctica comercial que impacta la rentabilidad y la competitividad a largo plazo”, dijo Frazier. 

En estados más Democráticos, como Maine, los gobiernos estatales han alentado a las universidades a deshacerse de los combustibles fósiles, dijo Dyer. Este año, la Universidad de Maine se comprometió a desinvertir completamente en combustibles fósiles para 2030.

Dyer, que ayuda a los clientes a alinear sus dotaciones con la misión de sus empresas u organizaciones, lo que puede incluir desinvertir en combustibles fósiles, dijo que, a la alfa, cambiar las inversiones de la industria del petróleo y el gas a la energía limpia no solo es una decisión moralmente beneficiosa, sino también fiscalmente responsable. 

“A medida que hacemos la transición a una economía de energía limpia, la participación de los combustibles fósiles en el mercado, en general, alcanzará su punto máximo y disminuirá”, dijo Dyer. “Mientras el mundo utiliza cada vez menos combustibles fósiles… el valor de estas empresas disminuye y se convertirán en un porcentaje cada vez menor de una cartera determinada”. 

Dyer comparó los vínculos de combustibles fósiles de la Universidad con el país de Noruega, que genera ingresos de la extracción de petróleo pero dedicó gran parte de sus inversiones a la energía limpia. Si bien el país participa en la industria de los combustibles fósiles a través de la extracción de petróleo y gas, trata de seguir siendo respetuoso con el medio ambiente a través de sus inversiones. 

La Universidad podría implementar algo similar, dijo Dyer, al continuar extrayendo petróleo en las tierras de la Universidad pero mitigando el daño invirtiendo en energía limpia. Es poco probable que la Universidad se deshaga de sus ganancias petroleras, pero podría ser más fácil cambiar sus inversiones para ser más amigables con el medio ambiente. 

Hay nueve proyectos de energía limpia en las tierras del oeste de Texas, según University Lands. 

La desinversión puede ser un objetivo a largo plazo, dijo Hammersly, pero sigue siendo un objetivo y, como dijo Dyer, podría ser la mejor decisión financiera para el futuro de la Universidad. 

“Siempre me refiero a la desinversión como la ‘estrella del norte’ de SFCC, porque siempre tenemos eso al frente de nuestro trabajo”, dijo Hammersly. “No se va a lograr dentro de nuestras carreras en la Universidad. No se logrará dentro de cuatro años, pero es algo por lo que siempre presionamos”.

El Futuro

Desde el 2019, SFCC ha organizado huelgas climáticas y círculos de tambores alrededor del campus para promover la comunidad y crear conciencia sobre su causa. A veces se los ve portando carteles que promueven la equidad climática en los escalones de la Torre de UT. 

La SFCC también ha iniciado conversaciones con la administración de UT para discutir la acción climática en el campus, aunque los altos mandos de la Universidad no siempre han respondido. Este semestre, SFCC continuará organizando huelgas climáticas los viernes en el campus, así como una Coalición Climática este marzo, que contará con oradores del Sierra Club y otros grupos de equidad climática. 

Aunque la Universidad y el Sistema no acordaron deshacerse de los combustibles fósiles, los funcionarios de sustentabilidad como Jim Walker reconocen la amenaza del cambio climático y están tratando de reducir las emisiones de carbono en el campus con esfuerzos como un mayor reciclaje y compostaje, que reducen los desechos de los vertederos. 

“Nuestra oficina trabaja en lo que podemos moldear y administrar de manera efectiva a nivel institucional”, dijo Walker. “Estamos pensando en el marco de emisiones. Cual es el futuro a largo plazo de nuestra planta de energía en el campus? ¿Cómo reducimos las emisiones que provienen de los desplazamientos u otros tipos de actividades sobre las que las personas en el campus pueden tomar decisiones y hacer algo al respecto”?

Walker dijo que un comité de profesores, personal y estudiantes está trabajando actualmente para establecer un marco de emisiones del campus para analizar y mejorar las contribuciones actuales de gases de efecto invernadero en el campus de la Universidad. 

Walker dijo que la Universidad ha estado rastreando sus emisiones durante mucho tiempo, y en un nuevo plan climático estratégico, “Change starts here”, el comité directivo está trabajando para comprender las emisiones de gases de efecto invernadero de la Universidad. 

“Nunca culpo a los estudiantes por querer seguir haciendo preguntas,” dijo Walker. “Reconocemos la desinversión. Es un problema a nivel nacional. Se ha aplicado a numerosos movimientos diferentes. Entonces entendemos por qué los estudiantes están interesados, pero también tenemos que enfocarnos en lo que podemos cambiar de manera efectiva”.

Hammersly dijo que si bien la Universidad tiene un amplio margen para mejorar en la extracción de petróleo y las inversiones de UTIMCO, el trabajo de las personas dentro de la oficina de sustentabilidad de la Universidad es notable e importante. 

“El cambio individual hace que las comunidades sigan funcionando”, dijo Hammersly. “Mantiene la esperanza y cultiva muchas prácticas y relaciones hermosas que son realmente significativas y accesibles para todos”. 

Pero a pesar de los esfuerzos de la oficina de sustentabilidad, Hammersly dijo que el impulso por la desinversión y la responsabilidad continua.

“Una vez que conoces (sobre) la tierra del oeste de Texas,…parece que hay una gran cortina detrás de la cual (UT) se esconde”, dijo Hammersly. “Podríamos decir que somos una universidad que prioriza la sostenibilidad y la ecología, pero eso no se puede decir sin reconocer lo que sucede detrás de cámaras”.