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El ex director J. Tinsley Oden reflexiona sobre 50 años de carrera, instituto de primer nivel en UT

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Kevin Kim

Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 3 de agosto por Aaron Sullivan y fue traducido al español por Hannah Garza.

Sin que J. Tinsley Oden lo supiera, su pasión por la ciencia computacional como estudiante graduado en Oklahoma State sentaría las bases para un instituto de renombre mundial en UT. Puso en marcha algoritmos numéricos en su calculadora de escritorio y aprendió a codificar con lenguajes primitivos como Fortran. En 1962, Oden dejó Oklahoma State con un nuevo interés científico que abriría posibilidades ilimitadas. 

Oden enseñó en la Universidad de Alabama en Huntsville durante nueve años, y finalmente se desempeñó como presidente de su departamento de ingeniería mecánica. Mientras estuvo allí, publicó un libro en 1971 llamado “Finite Elements of Nonlinear Continua”. En palabras de Oden, el libro “causó un gran revuelo” y eventualmente sería traducido al chino, ruso y japonés. 


“(UT) me visitó alrededor de 1971, y me rogaron que viniera a Texas”, dijo Oden. “Estaba listo para salir de Alabama, así que nos mudamos aquí en 1972”. 

Después de convertirse en profesor visitante en 1972, Oden se unió a la facultad de la universidad al año siguiente como profesor de ingeniería aeroespacial. 

En el precipicio de su aniversario de 50 años como profesor de UT, Oden dijo que su título se convirtió en un “bocado”. Ahora es profesor de ingeniería aeroespacial, matemáticas, informática e ingeniería mecánica. 

A medida que crecían las credenciales de Oden, fomentó el crecimiento de un instituto de ciencias computacionales que se convertiría en uno de los mejores del mundo. Según el sitio web del instituto, lo que ahora es el Instituto Oden de Ingeniería y Ciencias Computacionales comenzó en 1973 como el Instituto de Mecánica Computacional de Texas (TICOM). Oden abrió el camino como director del instituto. 

El libro de Oden continuó circulando a través de la comunidad científica mientras construía TICOM. Oden dijo que el libro llegó al empresario de Fort Worth Peter O’Donnell y su fundación, que tiene como objetivo avanzar en la ciencia y la tecnología en Texas. 

“A principios de la década de 1990, (O’Donnell) propuso (renombrar) el instituto”, dijo Oden. “Propuso cambiarlo al Instituto de Matemáticas Computacionales y Aplicadas de Texas (TICAM)”.

Oden dijo que O’Donnell contribuyó entre 15 y 20 millones de dólares al instituto, y en 1993, el instituto cambió su nombre por recomendación de O’Donnell. 

“Muy pronto, (nosotros) nos quedamos sin espacio,” dijo Oden. “(Nosotros) pasamos de un edificio en Pickle (Campus de Investigación) al edificio de Ingeniería Biomédica en Dean Keeton. … Ese era el viejo hospital universitario. Tenía una oficina que era básicamente una habitación de hospital, tenía un baño privado”. 

Con un nuevo nombre, siguió un crecimiento impresionante. El instituto ha cambiado su nombre dos veces desde 1993, lo que ha supuesto mejoras significativas en la investigación y ha dado la bienvenida a las mentes más importantes de la ciencia computacional. 

El instituto superó su espacio de nuevo, y Oden dijo que O’Donnell ofreció crear un edificio específico para el instituto. Después de enfrentar el rechazo de los Regentes Universitarios, dijo que O’Donnell construyó el edificio “por menos de la mitad” del presupuesto previsto de $210 millones. El edificio Peter O’Donnell Jr. , que el instituto ahora llama hogar, terminó su construcción en 2000. Con un edificio nuevo y más grande, Oden dijo que O’Donnell estaba listo para que el instituto pasara al “siguiente nivel”. 

“El siguiente nivel fue expandir en gran medida el programa y cambiar el nombre de TICAM a ICES, el Instituto de Ingeniería y Ciencias Computacionales”, dijo Oden. “También reclutamos donaciones de la familia W.A. ‘Tex’ Moncrief en Fort Worth. (Moncrief) puso 18 millones de dólares, y Peter lo igualó”. 

Los premios cubren el pasillo de la oficina de Oden, y el sitio web del instituto describe su liderazgo como “visionario”. Pero Oden dijo que prefiere dar crédito a los donantes y presidentes de la universidad que apoyaron al instituto. 

En 2018, Oden dejó el cargo de director del ICES, según un artículo escrito por Joanne Foote, especialista en comunicación estratégica del instituto. El artículo decía que la Junta de Regentes del Sistema de UT votó para cambiar el nombre del instituto después de su fundador un año después. 

Foote dijo que el instituto organizará un simposio de día completo el 21 de septiembre para celebrar el aniversario 50 años de la carrera académica de Oden en UT y la creación del instituto. Ella dijo que el evento incluirá discursos principales, paneles y una junta pequeńa. Mientras Foote enumeraba a potenciales oradores para el evento, Oden parecía entusiasmado con la alineación “pulida” y “altamente educada”.

A pesar de los planes para una jubilación gradual a partir de este otoño, Oden dijo que continúa trabajando en la investigación en el instituto. Su último proyecto tiene como objetivo modelar el crecimiento tumoral a nivel subcelular. 

“(UT) es un lugar perfecto para mí”, dijo Oden. “Los departamentos tenían muy buenos administradores en general. Hubo algunos que fueron absolutamente terribles, y no los mencionaré. Pero sobre todo, la universidad estaba bien dirigida. Ellos conocían su misión”.

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