Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 28 de septiembre del 2023 por Maryam Ahmed o y fue traducido al español por Dieter Kingwergs.
Un equipo de investigación de UT recibió una aportación económica de 2.6 millones de dólares para investigar el efecto no uniforme de la contaminación del aire en los niños del condado de Travis.
La aportación recibida del Instituto Nacional de Salud, se centra en el impacto de la zonificación, la pobreza, la raza y la composición de la contaminación en las tasas de hospitalización relacionadas con el asma pediátrico y las visitas a áreas de emergencia. Dado que este estudio abarca la salud, la sociología y la política, los miembros del equipo de investigación están dispersos por toda la Universidad, desde la Escuela de Medicina Dell hasta la Escuela de Arquitectura.
“Es un equipo interdisciplinario realmente interesante que aborda el mismo problema desde muchas perspectivas diferentes”, dijo Catherine Cubbin, decana asociada de investigación de la Escuela de Trabajo Social Steve Hicks.
Un estudio del 2021 en el que Cubbin fue coautora reveló que ocho veces más niños afroamericanos y dos veces más niños latinos que niños blancos visitaron el área de emergencias u hospital por asma en el condado de Travis. Sin embargo, la pobreza y los ingresos sólo explican parcialmente esta disparidad, lo que plantea preguntas que el próximo estudio buscará responder.
Cubbin dijo que la ubicación y la toxicidad de las fuentes de contaminación también pueden desempeñar un papel en el impacto desproporcionado del asma pediátrica en el condado.
“No toda la contaminación del aire se crea igual”, dijo Cubbin. “Creemos que hay ciertos componentes de la contaminación del aire que son más perjudiciales que otros”.
El estudio de 2021 encontró que la contaminación y las tasas de asma varían drásticamente de un vecindario a otro debido a que las fuentes de contaminación están concentradas en comunidades de menores ingresos y más segregadas, dijo Elizabeth Matsui, investigadora y profesora de Salud de la Población y Pediatría.
La mayoría de las investigaciones sobre contaminación se realizan por código postal en lugar de vecindarios individuales, por lo que encontrar disparidades tan grandes de una comunidad a otra proporciona una mejor base para posibles soluciones adaptadas al condado de Travis, dijo Matsui.
“Cuando piensas sobre si la contaminación del aire importa para las disparidades, si miras a todo un condado, pierdes la imagen”, dijo Matsui.
Para examinar por qué las fuentes de contaminación están ubicadas en áreas específicas, los investigadores deben comprender las leyes de zonificación, dijo Elizabeth Mueller, investigadora y profesora de la Facultad de Arquitectura. Las leyes de zonificación protegen a los vecindarios más ricos de las fuentes de contaminación, pero estas leyes prácticamente no existen en áreas no incorporadas fuera de los límites de la ciudad de Austin.
“Conocemos sobre la planificación dentro de las ciudades, y ahora vamos a aprender sobre estos procesos fuera de las ciudades e intentar comprender cuáles son los mecanismos para proteger a las personas y cambiar las cosas en esas circunstancias”, dijo Mueller.
Una vez que una fuente importante de contaminación, como una fábrica, está presente, se necesita un gran esfuerzo para cerrarla, dijo Mueller. Por ejemplo, enormes y peligrosos tanques de gasolina estaban dispersos por Central East Austin en los años 50, y grupos ambientalistas locales lucharon durante décadas para que fueran retirados a principios de la década de los 90.
Cuando las fuentes de contaminación están concentradas en vecindarios segregados de bajos ingresos, Mueller dijo que la única opción viable es prevenir que se construyan otros peligros y mitigar los efectos de lo que ya está presente.
Los investigadores esperan que los hallazgos de este estudio animen a los legisladores locales a considerar la contaminación “a través de una lente de justicia ambiental y equidad en la salud”, dijo Matsui.
“Estoy muy emocionada por este proyecto”, dijo Mueller. “Es una excelente manera de reunir información sobre cómo nuestros patrones segregados de desarrollo se reflejan en los resultados de salud. Es el tipo de proyecto que las universidades deberían llevar a cabo”.