Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 7 de noviembre del 2023 por Pili Saravia y fue traducido al español por Dieter Kingwergs.
“La expansión de la autopista no es la solución”, cientos de ciudadanos de Austin reclamaron afuera de la Escuela Primaria Sanchez el 5 de noviembre en oposición a la expansión de la Interestatal-35, argumentando que dividiría aún más la ciudad y traería aire contaminado a los pulmones de los residentes.
El proyecto de $4.5 billones del Departamento de Transporte de Texas agregará cuatro carriles a la autopista para compensar el creciente tráfico en Austin. Rethink35, la organización que lidera la protesta, propuso redirigir a los camiones que cruzan el país para que eviten Austin y utilicen la Carretera Estatal 130, transformando la I-35 en una avenida específica para conductores y entregas en Austin.
“Cuando veo a los estudiantes de la Universidad de Texas que quieren seguir viviendo en la ciudad, esta expansión les dificulta la vida”, dijo el miembro del consejo Zo Qadri. “Será horrible para el medio ambiente, horrible para el tráfico, nos dividirá aún más como ciudad y desplazará a muchas personas de color”.
La multitud se reunió alrededor del escenario, aclamando a varios oradores, incluyendo a Chas Moore, director ejecutivo de la Coalición de Justicia de Austin. Moore señaló la abrumadora población blanca en la multitud, haciendo referencia a la prevalencia de la división racial que comenzó en 1928 cuando Austin trasladó a los residentes afroamericanos al lado este de la autopista. Dijo que la expansión reforzaría esa división.
“¿Cuándo nos aseguraremos de que Austin cumpla con su falsa narrativa de ser un paraíso diverso?”, preguntó Moore en su discurso.
Detrás de los oradores se encontraba Heather Hubbs, estudiante de segundo año de economía, y otros estudiantes sosteniendo una pancarta que decía: “Nuestro futuro no son las autopistas”. Dijo que no entiende cómo la ciudad puede pasar por alto las preocupaciones ambientales de la expansión en medio de la crisis climática.
“Una ciudad no se define por su economía, una ciudad no es un colectivo de negocios, una ciudad no es el asfalto sobre el cual conducen los automóviles”, dijo Hubbs. “Una ciudad está formada por su gente, así que necesitamos comenzar a valorar a las personas por encima de los automóviles y la infraestructura, porque si no hay gente, no hay ciudad”.
La ex representante de Texas, Celia Israel, dijo que Austin necesita construir para el siglo XXII. Afirmó que dar prioridad al transporte público podría unir a toda la ciudad y al país con un transporte ecológico y confiable, al mismo tiempo que daría a los residentes un incentivo para tomar el autobús en lugar de la autopista para evitar el tráfico.
“Tengo 59 años y seguiré luchando hasta mi último aliento”, dijo Israel. “Estoy aquí hoy para asegurarme de que se escuche nuestra voz colectiva, ya sea que tengamos 59 o 19 años”.
Después de tres años de usar el transporte público, Meyer Zinn, estudiante de informática en su último año, dijo que depende más de andar en bicicleta que del sistema de autobuses. Afirmó que la falta de conexión entre West Campus y el resto de Austin, creada por un sistema de tránsito poco confiable, priva a los estudiantes de oportunidades de empleo.
Kelsey Huse, directora de movilización de Rethink35, dijo que la manifestación llegó en el momento perfecto, siguiendo la solicitud del Condado de Travis de una revisión ambiental y la petición del Consejo Municipal de retrasar el financiamiento. Con casi 9,000 firmas en la petición de Rethink35, afirmó que la ciudad necesita ver que a los residentes les importa.
Qadri dijo que toda la ciudad dejó de lado sus diferencias para protestar contra la expansión.
“Es perjudicial para Austin, y no representa quiénes somos”, dijo Qadri. “Tenemos una verdadera oportunidad de ser el Consejo y el Austin que se oponen a este proyecto horripilante. Y lo que no quiero que seamos es el Consejo y la ciudad que lo aceptan”.