A los residentes de Austin les preocupa que la expansión planeada de la Interestatal 35 pueda repetir el rol histórico de la segregación de la ciudad.
En 1928, Austin empujó a los residentes afroamericanos hacia el lado este de la ciudad y utilizó East Ave como símbolo palpable de la división racial en la ciudad, según el “Pease Park Conservancy”. En 1962 la construcción de la Interestatal 35 junto con esa avenida crearon una barrera física, de acuerdo con la “Reconnect Austin Campaign”.
En los tres distritos que se encuentran al este de la carretera, los residentes hispanos conforman un 19% más de la población que en los siete distritos al oeste. Los residentes afroamericanos suman un 6% más respectivamente según el “Austin Demographics”. Lo anterior levanta el cuestionamiento sobre el desplazamiento y la calidad de la educación de los residentes afroamericanos e hispanos, junto con una posible disminución de su sentido de pertenencia, dijo el Dr. Ricardo Lowe, quien ostenta un post-doctorado en raza y política pública. “Uno puede aguantar hasta cierto punto” dijo el Dr. Lowe, “es muy desagradable pensar que estas cosas suceden tan seguido y continuamente en la ciudad de Austin”.
En un estudio sobre el impacto de la comunidad por la expansión, el Departamento de Transporte de Texas analizó 30 vecindarios en Austin. Siete de ellos tienen una población con al menos 60% de minorías, y los siete se encuentran en el lado este excepto UT. De estos siete, seis caen en la lista de pobre acceso para caminar o usar bicicleta, excepto uno que está en lado este.
TxDOT analizó 3 diferentes modelos para la expansión del I-35, y eligió el modelo con el menor impacto ambiental, lo cual desplazará a 59 negocios, ocho de ellos dedicados a las comunidades minoritarias y 19 que se encuentran bajo el nivel de pobreza.
Según TxDOT, estos desplazamientos podrían costar cientos de empleos. Lowe dijo que independientemente de donde se encuentre un individuo en la “línea de fuego” del desplazamiento, la persona se sentirá desanimada presenciando como otros miembros de la comunidad se encuentran en esa línea para ser desplazados.
Craig Nazor, Presidente de los Demócratas de Austin dijo que ha vivido en Austin desde 1987 y ha notado el rol de autopista en la división de la ciudad. Dijo que construyendo un muro más grande sólo se empeorarán las cosas. “Aún tenemos un largo camino por recorrer” dijo Nazor. “La segregación ha sacado a todo tipo de gente pobre de Austin, generalmente a personas de color dado que suelen tener menos recursos por el racismo vivido en el pasado. Sigue siendo un tema, es una vieja herida”.
Jonathan Newby, estudiante del segundo año de estudios americanos dijo que conocía sobre la división racial antes de mudarse aquí, pero la noto más a través de la ciudad. “Las carreteras, por su naturaleza, dividen comunidades” dijo Newby. “Es complicado caminar a través de la autopista. Es igualmente difícil manejar por la carretera”.
Comentó que la ciudad debería enfocarse en la construcción de comunidades planeadas y escuelas en el lado Este, haciendo referencia de la posible expansión de la Universidad hacia el Este, que planea añadir áreas de esparcimiento y facilidades deportivas.
El Dr. Lowe dijo que la calidad de las escuelas continuamente empuja a los residentes afroamericanos fuera de Austin.
“Cuando llegue a cierto punto, los van a ubicar en ciertos vecindarios y ciertas personas van a ser afectadas” dijo el Dr. Lowe. “La gente no quiere llamarlo racismo – bueno, van a tener que averiguar qué es exactamente ya que eso es lo que parece”.