Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 15 de abril del 2024 por Kylee Howard y Jaelyn Rodriguez y fue traducido al español por Citlali Martinez Hernandez.
Hajin Park está cansada.
Está agotada por las clases, los deberes y pensando en la vida de posgrado y encima de todo, está preocupada por su bienestar como mujer en West Campus.
“Definitivamente, no es una buena sensación cuando vas a todas partes y sientes que alguien podría estar persiguiéndote o simplemente te sientes inseguro caminando de regreso a casa”, dijo la estudiante de psicología. “No hay libertad de ser solo un estudiante, de caminar libremente. … Pero creo que es mejor estar consciente que no estar consciente”.
Park no está sola en su preocupación: en medio de incidentes recientes, varios estudiantes han expresado su inquietud con respecto a los problemas de seguridad y el aumento de la delincuencia en la universidad y sus alrededores por publicaciones en las redes sociales y conversaciones.
Desde el 2017, la frecuencia de los delitos ha aumentado gradualmente, según los informes anuales de seguridad y protección contra incendios. Han aumentado las tasas de delitos violentos, incluidas violaciones, agresiones sexuales y agresiones agravadas, y delitos no violentos, incluidos robos y robos de vehículos.
Según el sitio web Open Policing Data Release del Departamento de Policía de Austin, se han reportado más de nueve delitos del grupo A solo en el sector de UT desde principios de enero hasta finales de febrero. Los delitos del grupo A van desde delitos de agresión hasta amenazas de robo de vehículos, entre otros. Ha habido más de 1.100 incidentes reportados en el sector de UT durante el mismo periodo. Los datos de marzo y abril aún no se han publicado.
Un número importante de incidentes denunciados han sido delitos contra la propiedad, incluidos considerables robos de vehículos de motor, robos y destrucción de propiedades. La preocupación por los delitos violentos en West Campus y sus alrededores ha aumentado, especialmente después del apuñalamiento de un hombre palestino-americano por un crimen de odio a principios de febrero, entre otros incidentes.
Después del apuñalamiento, un estudiante de radio, televisión y cine, que pidió permanecer en el anonimato debido a preocupaciones personales, dijo que el incidente se sumó a un ambiente de problemas de seguridad preexistentes.
“En general, las cosas seguirán como están”, ella comentó. “Hago planes para el peor de los casos, ya que… (cualquier cosa podría pasar)”.
El aumento de la preocupación y el llamado a mayores medidas de seguridad entre estudiantes, padres, profesores y otros residentes del West Campus después de tal violencia no es un tema reciente, pero un catalizador de la discusión fue el asesinato de Haruka Weiser en 2016. Desde entonces, la ciudad y la universidad han destinado millones de dólares para aumentar y desarrollar medidas de seguridad en el campus y sus alrededores.
DESDE EL PRINCIPIO
En 2016, Weiser fue reportada como desaparecida después de no asistir a sus clases el 4 de abril. Dos días después se encontró un cuerpo y al día siguiente la APD identificó el cuerpo como el de la estudiante de primer año de teatro y danza.
Joell McNew, presidente de SafeHorns, que se formó como resultado directo de la muerte de Weiser, dijo que la universidad organizó dos reuniones públicas, una para padres y otra para estudiantes, poco después del incidente.
“Fue muy frustrante”, dijo McNew. “(Los padres) sentían que no tenían respuestas. Sentimos que fue un completo fracaso por parte (de la universidad) porque los estudiantes habían compartido inquietudes y no pasó nada”.
Tras una investigación sobre la muerte de Weiser, la APD acusó a Meechaiel Criner. En el verano del 2018, un jurado declaro a Criner culpable del asesinato de Weiser.
El incidente de 2016 impulsó a la universidad a solicitar al Departamento de Seguridad Pública de Texas que auditara la universidad, identificara posibles riesgos de seguridad y creará un conjunto de recomendaciones. En ese momento, estas incluyen más iluminación y menos vegetación para aumentar la visibilidad en los pasillos, actualizar las cámaras de seguridad en el campus y contratar más agentes de policía universitarios.
Aunque las recomendaciones se aplicaban a los edificios de propiedad de la universidad, el entonces presidente de la universidad, Gregory Fenves, dijo que los problemas de West Campus se manejan en colaboración con la ciudad.
PROTOCOLOS DE WEST CAMPUS
McNew comentó que SafeHorns abogó por un proyecto de iluminación en West Campus, que actualizó y agregó nuevos accesorios de iluminación, así como también recortó la vegetación para hacer que los pasillos sean más visibles desde que se introdujo en 2017.
“Eso fue lo más importante que hemos hecho, (pero) ese proyecto aún no está completo”, dijo McNew. “La mayor parte ya está hecha, pero ahora solo estamos esperando que la nueva construcción esté oficialmente terminada, pero nos llevará años”.
En un correo electrónico, Austin Energy dijo que luego de la actualización de 1.100 artefactos de iluminación en 2023, continuaron trabajando en 36 proyectos de iluminación individuales en el área para instalar 208 nuevas luces.
“Estas mejoras en iluminación son el resultado de mucho trabajo duro y dedicación por parte de muchos de nuestros socios comunitarios, y continuaremos explorando formas de hacer que West Campus sea aún más seguro”, dijo Elton Richards, vicepresidente de operaciones de campo del sistema eléctrico de Austin Energy, en un comunicado por correo electrónico.
Con las etapas de construcción llegando a su fin, SafeHorns comenzó a concentrarse en instalar más cabinas telefónicas de UTPD. Actualmente, solo hay cuatro cabinas telefónicas en el área de West Campus.
Sin embargo, McNew comentó que es difícil que se aprueben iniciativas de seguridad, en parte debido a la forma en la que West Campus está zonificado como un vecindario superpuesto, lo que crea un “conjunto alternativo de regulaciones de desarrollo”.
“Es frustrante que nadie quiera asumir la responsabilidad”, dijo McNew.
Para mitigar esta dificultad y realizar mayores esfuerzos para aumentar la seguridad de los estudiantes, el último proyecto de SafeHorns implicó la apertura de una ubicación física denominada SafeHorns Place en el corazón de West Campus.
Además, McNew comentó que la relación entre SafeHorns y UTPD ha cambiado. Anteriormente, bajo el mando del fallecido jefe de policía David Carter, la organización trabajó en estrecha colaboración con la UTPD y mantuvo contacto constante.
“Garantizar la seguridad de cada miembro de nuestra comunidad universitaria sigue siendo nuestra prioridad principal”, mencionó un portavoz de la universidad. “Somos inquebrantables en nuestra dedicación a mejorar la seguridad de todas las personas en el campus, incluidos los estudiantes, profesores, personal y visitantes”.
Zo Qadri, el actual representante del Concejo Municipal del Distrito 9, dijo que el concejo siempre está trabajando en resoluciones o enmiendas presupuestarias cuando se trata de proporcionar más infraestructura y recursos para West Campus.
“Estos son incidentes que están ocurriendo en West Campus y debemos luchar contra ellos”, comentó Qadri.
LOS EMBAJADORES DE WEST CAMPUS
Según la universidad, UT recibió 14 millones de dólares en cinco años para seguridad tanto dentro como fuera del campus. Además, la Junta de Regentes del Sistema de UT asignó $8 millones específicamente para proyectos de seguridad de West Campus en 2020. El mismo año, UTPD abrió su oficina satélite en la calle Guadalupe, contrato más oficiales e instalo más cámaras con los fondos, dijo un portavoz de la universidad.
Sin embargo, muchos estudiantes, como Park, dijeron que no es suficiente. Su principal preocupación, dijo, era la falta de transparencia por parte de UTPD sobre los incidentes que ocurren dentro y fuera del campus.
“Supongo que están tratando de ayudar (a los estudiantes) a estar (protegidos) de estas situaciones peligrosas, pero no nos cuentan todo lo que está pasando”, mencionó Park. “Creo que somos nosotros los que nos tenemos que cuidar a nosotros mismos”.
La última iniciativa de la asignación se produjo en el otoño de 2023 con la creación por parte de la universidad del programa West Campus Ambassadors, según el portavoz de la universidad.
Rahuma Kabir, estudiante de segundo año de biología, dijo que si bien la participación activa de los embajadores en la comunidad genera conciencia, todavía es difícil que las voces de los estudiantes sean escuchadas.
“No estoy exactamente seguro de que se han producido muchos cambios”, dijo Kabir, que vive en West Campus desde el otoño de 2022. “Simplemente, se necesita toda una manada para ser escuchado y, a veces, es más difícil que los estudiantes hagan oír su voz”.
Teniendo en cuenta que West Campus alberga principalmente a estudiantes, algunos de los cuales viven solos por primera vez, el estudiante de tercer año de radio, televisión y cine dijo que UTPD debería pensar en expandirse a las áreas de West Campus y North Campus.
“No creo que les vendría mal expandirse y darles (a estas áreas) más atención porque APD obviamente está preocupado por todo Austin”, comentó el estudiante.
Hasta que se aclaren y examinen las cuestiones de jurisdicción, dijo, los recursos más accesibles para los estudiantes no se corresponden con las amenazas que pueden enfrentar. Dijo que espera que se implementen más programas educativos sobre defensa personal y portación legal de armas, que un ambiente de riesgo, incidentes personales de robo de bicicletas y seguimiento nocturno la han llevado a aprender.
“La situación afecta el tipo de necesidades y medidas que (alguien) necesitará tomar para poder defenderse adecuadamente y… recurrir a la violencia (como) último recurso”, ella comentó.
Mientras los estudiantes y otros residentes de West Campus se mantienen alerta, adoptan nuevos métodos de autodefensa, modifican sus rutas para caminar por la noche y utilizan los recursos de seguridad actuales, el futuro de la seguridad del área todavía está en la mente de muchas personas.
“Necesitamos hacer todo lo posible para asegurarnos de que sea lo más seguro posible (para que) los estudiantes se sientan seguros… cuando los padres envían a sus hijos, se sienten seguros”, dijo Qadri. “Un incidente es demasiado. Si bien hemos tomado medidas y hemos hecho muchas cosas buenas… hay mucho más trabajo por hacer”.