Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 3 de noviembre por Meaghan English y fue traducido al español por Maryella Diaz.
El equipo de voleibol de Texas cayó contra Oklahoma 3-2 en un set de cinco en la batalla de Red River el domingo por la tarde después de una serie de pérdidas en los juegos de conferencia. Ahora, después de perder dos partidos en casa en un solo fin de semana, los Horns estarán de regreso en la carretera y buscando detener la sangre.
Con un porcentaje de efectividad de .187 en comparación con el .293 de Oklahoma, la pelota estuvo más veces del lado de las Longhorns que del lado de los Sooners. Las Horns no generaron tanta productividad en el lado ofensivo, con 54 remates y 155 ataques. Oklahoma, en comparación, produjo 66 remates a partir de 150 ataques.
Defensivamente, las Longhorns solamente lograron 47 recepciones y 10 bloqueos contra la ofensiva poderosa de Oklahoma. Servir fue el único aspecto en el que Texas pudo superar a Oklahoma, con nueve aces y dos errores de servir menos a los que cometieron los Sooners.
Los sets lucían increíblemente similares a la paliza que Missouri le dio a Texas el viernes. En ambos juegos, Texas comenzó fuerte en el primer set antes de jugar un juego inestable y retrasarse en el quinto set. Contra Oklahoma, los rivales se fueron de 25-21, 25-27, 19-25, 25-17 y 15-9 en un tiroteo inesperado contra los Sooners, quienes no tienen una clasificación.
Esta fue la segunda pérdida de los dos partidos de conferencia en Gregory Gym durante el fin de semana y la tercera derrota consecutiva de las Horns en la conferencia. Con un récord de 7-3 en la conferencia, Texas ahora enfrenta la posibilidad de volver a caer en la clasificación que podría dejar al equipo fuera de los mejores 10 equipos, ya que actualmente ocupa el puesto número 9.
La última derrota contra Texas A&M resultó en un descanso de nueve días para el equipo para poder descansar y reorganizarse. En una disponibilidad para los medios el miércoles, el entrenador principal, Jerrit Elliott, expresó que tan importante fue ese tiempo en preparación para la estroncio contra Missouri y Oklahoma.
“Revisas cada jugada, ves el video… simplemente no es acorde con lo que hemos estado haciendo,” dijo Elliott. “Pero también estás tratando de darte cuenta de cómo podemos trabajar en diferentes aspectos y tratar de desglosarlo. Tenemos que mejorar”.
Ambas derrotas del fin de semana fueron el resultado de peleas de casi tres horas, durante las cuales las Longhorns tuvieron dificultades para ser precisas en ofensiva y para ejecutar bien en la recepción defensiva. La líbero de tercer año, Emma Halter, reconoce los errores, pero también ve el lado positivo.
“”Necesitamos ser capaces de sostener mejor los rallies largos y ejecutar a un nivel más eficiente, pero al mismo tiempo, nuestra química se sintió mucho mejor”, dijo Halter. “Sentí que todas estábamos comprometidas”.
En general, el voleibol de Texas ahora tiene un récord de 12-6. Aunque aún no están fuera de la contienda, el camino hacia adelante en la conferencia será una batalla cuesta arriba.
“Sabemos que no es un camino fácil y a veces se pierde para llegar allí”, dijo Halter. “Sabemos que las derrotas no definen literalmente nada y lo único que se puede hacer es aprender y crecer a partir de ellas”.
Las Longhorns viajarán a continuación a Starkville, Mississippi, para jugar contra las Bulldogs de la Universidad Estatal de Misisipi en su campo. Estarán buscando recuperarse de las tres derrotas consecutivas el miércoles a las 6 p.m.