Nota del editor: Este artículo se publicó por primera vez el 11 de marzo de 2025 por Ryan Hopper y y fue traducido al español por Pili Saravia.
Joe Buck, típicamente imperturbable, estuvo tenso antes de uno de los partidos de la Serie Mundial del 1996 entre los Atlanta Braves y los New York Yankees en el estadio original de los Yankees.
A solo los 27 años, Buck estuvo apunto de convertirse en el locutor más joven en narrar una Serie Mundial por televisión y el primero en hacerlo para Fox, que apenas había empezado a transmitir deportes dos años antes.
“Esa fue mi primera verdadera prueba como locutor nacional,” dijo Buck. “Esos son los momentos en que te hundes o nadas.”
Con nueve futuros jugadores del Salón de la Fama en el campo y millones de personas viendo desde sus casas, Buck recordó lo que su padre, el locutor legendario Jack Buck, le dijo antes de antes de un partido Ligas Menores de Béisbol en Louisville, Kentucky.
“Si te atropella un autobús en camino al estadio de béisbol, todavía va a seguir el partido y alguien más se va a sentar a anunciarlo,” Buck recordó que su padre había dicho. “Tú no eres la pieza importante. Tu eres lo suficientemente suertudo de estar ahí y disfrutarte a ti mismo.”
Desde entonces, Buck ha narrado 23 series mundiales en televisión, una cantidad sin precedentes, seis Super Bowls y otros innumerables momentos icónicos, incluyendo el “Minneapolis Miracle” en la ronda divisional de los playoffs de la NFL de 2017, que él dijo tal vez es su favorito. Ahora es el locutor del juego-por-juego para Monday Night Football en ESPN con Troy Aikman, el legendario de los Dallas Cowboys.
Pero el lunes pasado, el hombre que está acostumbrado a acentuar la acción en frente de millones de personas habló frente de unos cientos de estudiantes de UT en la Conferencia de Frank Deford sobre Periodismo Deportivo en el Moody College of Communication.
“Me gusta hablarle a la gente joven, y me gusta darle mi opinión en un negocio que he conocido por toda mi vida,” dijo Buck. “Sea a través de mi papá o personalmente, y tratando de ayudar a quien sea que quiera entrar al negocio.”
Buck, que se describe a sí mismo como un bebe de nepotismo, recordó aprendiendo las mañas de su carrera cuando estaba a dos asientos de su papá en el palco de prensa en el Busch Memorial Stadium en St. Louis, donde el Buck grande narraba partidos por más de medio siglo.
Cuando Jack fue asignado a transmisiones nacionales, ocasionalmente se llevaba a Joe con el, quien preguntaba a los ejecutivos de la cadena de noticias que calidades buscaban en un locutor joven. Independientemente de la cadena, la respuesta fue casi idéntica: los buenos comentarios de jugada-a-jugada se extienden mucho más allá del palco de prensa.
“No estés tan puesto en solo enfocarte en lo que te quieres dedicar,” dijo Buck. “Aprende sobre el mundo alrededor de ti, aprende de la política, de la ley, o de lo que sea y ponte listo para aplicarlo a todo lo que haces en la tele o en la radio.”
Buck enfatizó que el éxito en la transmisión deportiva no se trata solo de saber estadísticas: se trata de ser lo suficientemente completo para distinguirse de sus pares.
Tienes que ser más variado y diverso que simplemente alguien que puede dar el promedio de bateo de todos los jugadores desde 2008,” él continuó. “Y eso lo tome al corazón. Trate de leer lo más que pueda. Y sigo a esta fecha. Trato de mejorar mi vocabulario.”
Aunque le encanta narrar partidos, Buck dijo que su verdadera llamada es ser un padre bueno para sus dos hijas adultas y sus gemelos de seis años a pesar de su horario de viajes apretado. Cuando crecían, Buck dijo que llevaba a sus hijas en los viajes de trabajo por todo el país como su papá hacía.
“Mis niños saben que para su mamá y papá, dos personas que andan en este negocio, ellos son nuestra prioridad número uno,” dijo Buck. “Tenemos suerte que puedo acomodar mi horario alrededor de ser papa. No todos tienen suerte, y si me doy cuenta de eso. Mi trabajo principal es intentar incorporar a la sociedad a niños bien adaptados, y no lo tomo a la ligera”.
Buck estuvo lejos de monopolizar el tiempo programado de 90 minutos el lunes, respondiendo a una variedad de preguntas de los estudiantes por aproximadamente una hora y sin pena de contar chistes a costa de algún miembro de la audiencia o de él mismo.
Aunque hubo mucho autodesprecio, Buck repetidamente subrayó la necesidad de tener confianza en sí mismo y mitigar el síndrome del impostor en una industria que es tan única y competitiva.
“Todos tienen esa voz en su mente que dice que no eres lo suficientemente bueno,” dijo Buck el lunes. “En mi caso, no solo era que no eres lo suficientemente bueno, era que solamente estás haciendo esto por que eres el hijo de alguien… Van a descubrir que eres un fraude. Esa es la voz que tienes que matar en tu mente y engañarte a que creas que si eres lo suficientemente bueno para hacer lo que sea que tienes que hacer.”