Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 6 de julio por Ireland Blouin y Natalia Simbeck y fue traducido al español por Karen Flores.
Según la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos del 29 de junio, las instituciones de educación superior ya no pueden tomar en cuenta la raza en sus procesos de admisión. UT es la única institución pública de Texas afectada, ya que es la única universidad pública del estado que considera la raza en las decisiones de admisión.
Con una decisión 6-3, la Corte Suprema dictaminó que las admisiones conscientes de la raza violan la Cláusula de Igualdad de Protección de la Constitución, limitando los intentos de universidades de aumentar la diversidad del cuerpo estudiantil. El caso surgió de dos impugnaciones separadas presentadas contra las políticas de admisión de la Universidad de Harvard y la Universidad de Carolina del Norte.
Tras la decisión, el representante de Texas, Carl Tepper, presentó el proyecto de ley 54 de la Cámara de Representantes para prohibir que las universidades públicas, colegios y agencias de empleo del gobierno adopten políticas de acción afirmativa.
Las políticas de acción afirmativa afectan al 25 % de los estudiantes de UT admitidos. El otro 75 % de los estudiantes son admitidos a través de la “Ley del top (superior) 10 %” exigida por el proyecto de ley 588 de la Cámara de Representantes de Texas, aprobado en 1997. El proyecto de ley (HB) 588 garantiza la admisión automática de los estudiantes de Texas que se gradúan en el 10 % superior de su clase a todas las universidades financiadas por el estado. UT admite a los estudiantes en el 6 % superior de su clase hasta que se llene el 75 % de los asientos del cuerpo estudiantil.
El HB 588 ha tenido un impacto positivo en la diversidad económica en UT al sortear en diferentes regiones geográficas subrepresentadas de Texas.
“El otro 25% de la clase, entonces eso desanimará a (aquellos) estudiantes de aplicar, y eso también significará que los estudiantes apliquen probablemente a las instituciones de segundo nivel que tienen registros de graduación en estudiantes que se gradúan a tarifas más bajas”, dijo Angela Valenzuela, profesora de liderazgo educativo y política. “Las instituciones de educación superior se correlacionan con ganancias más altas, y esas serán ganancias pérdidas por el estado de Texas como resultado de la falta de educación de estos estudiantes que de otro modo habrían calificado y se habrían beneficiado de UT”.
Victor Saenz, decano asociado interino de equidad y excelencia inclusiva, dijo que sabe que la Universidad continuará utilizando estrategias legalmente disponibles para garantizar que el cuerpo estudiantil entrante refleje la diversidad de Texas. Sáenz espera que el liderazgo de la Universidad decida interpretar la decisión de manera estrecha; una interpretación amplia podría resultar en impactos mucho más importantes en los grupos históricamente subrepresentados en UT.
“Estamos hablando del 25 % que se admite bajo una revisión holística. Y creo que hay suficientes variables allí que permiten la consideración de otros factores de la vida que consideran las experiencias y los desafíos de la vida”, dijo Saenz.
La Alianza de Estudiantes Negros emitió una declaración expresando su tristeza por la decisión. “Los estudiantes negros de UT Austin han demostrado su valor a través de sus logros académicos, desarrollo profesional y liderazgo”, decía la declaración.
“La decisión de la acción afirmativa está afectando a la mente de muchos estudiantes, y se sienten muy cohibidos y piensan que el futuro de UT va a parecer mucho menos diverso”, dijo Evan Craig, presidente de acción política de La Alianza de Estudiantes Negros. “Queremos que la declaración muestre realmente a los estudiantes que siempre vamos a estar aquí, y que siempre vamos a ser parte de la lucha para ayudar a tratar de defender la acción afirmativa”.