Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 27 de julio por Tenley Jackson y fue traducido al español por Jessica Roca.
La mayoría de nosotros recordamos los registros de lectura de la escuela primaria, en los que los alumnos debían leer un libro de su elección cada día. Si tenías suerte, tu clase incluso ofrecía premios a los mejores lectores. Pero la lectura es muy diferente en la universidad.
En lugar de explorar sus intereses de forma orgánica, los estudiantes leen libros de texto adaptados a los requisitos del curso. Agotados por el tiempo de estudio y las lecturas de clase, muchos jóvenes optan por leer con mucha menos frecuencia que cuando eran más jóvenes.
Yo caí en esta rutina de no querer leer cuando llegué a la UT, pero, después de mi primer año, pude recuperar el hábito. Redescubrir la magia de la lectura como joven me ha abierto la mente a nuevas ideas y me ha recordado que el aprendizaje debe ser emocionante.
Nuevas investigaciones sugieren que la lectura de ocio puede incluso convertirte en una persona más empática. Cuando un lector se involucra en una historia, empieza a considerar los objetivos y deseos de los personajes. En consecuencia, obliga a los lectores a ir más despacio y escuchar una narración distinta a la suya.
“(Cuando lees), no sólo te entretienes, sino que puede ser realmente relajante dejar de lado tus propias preocupaciones y pasar un rato en la cabeza de otra persona”, dice Sarah Brandt, bibliotecaria de programas de primer año de UT.
Leer puede ser relajante. En un estudio de 2009 de la Universidad de Sussex, leer redujo los niveles de estrés en un 68%. Con los altos niveles de estrés de la Generación Z, no hay duda de que los jóvenes deberían dedicarse a este tranquilo pasatiempo.
Además de los beneficios emocionales y sociales, leer tiene un impacto positivo en la función cognitiva. Está bien establecido que la lectura hace a las personas más inteligentes. El simple hecho de leer por diversión puede mejorar el rendimiento de los estudiantes en clase y, más adelante, en su carrera profesional. Desde que empecé a leer todos los días, me encuentro más ambiciosa en general porque pienso en el mundo más allá de mi día a día.
Aubrey Clayton, estudiante de segundo año de psicología, fue criada por dos maestros, por lo que la lectura siempre ha sido una parte importante de su vida.
“Es difícil incluso medir el impacto, porque desde una edad tan temprana, lo que aprendemos en la escuela se basa en gran medida en la lectura”, dijo Clayton. “Así que si eres bueno leyendo, también sobresales en otras áreas”.
En la edad adulta, la lectura resulta valiosa más allá de las clases, ya que mejora las relaciones, la capacidad cognitiva y la calidad de vida en general. Es una pena que este nivel acelerado de aprendizaje se pierda a menudo cuando los estudiantes crecen y pasan por la universidad. Los que leen son mejores estudiantes y quizá también mejores humanos.
Jackson es estudiante de segundo año de periodismo y Plan II de Boerne, Texas.