Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 29 de marzo por Trinity Orosco y fue traducido al español por Jessica Nino.
Los estudiantes se reúnen en la llanura cubierta de hierba de Zilker cada dos sábados para relajarse, mezclarse con sus compañeros y jugar a lanzar y traer con sus perros.
El club de socialización canina de UT se reúne los sábados para que los estudiantes y perros socialicen en Zilker Park. Fundado el semestre pasado por la estudiante de último año de inglés Faith Ávila, El club de socialización canina anima tanto a los dueños de perros como a los que no lo son a unirse.
“Creé el club porque mi perro, Appa, tiene ansiedad social con otros perros y personas”, dijo Ávila, también presidente de la organización. “Veo a otras personas paseando a sus perros en el Campus Oeste todo el tiempo… así que pensé que sería genial si pudiéramos hablar entre nosotros y pasar el rato”.
El oficial del club de socialización canina, John Thompson, dijo que le gustó la idea del club cuando ávila se acercó a él, el año pasado.
“Nos sorprendió un poco que no hubiera nada así en UT”, dijo Thompson, estudiante de último año en inglés. “Pensamos que podría generar mucho interés (y) mucha gente estaría dispuesta a hacerlo”.
Cecilia Villasana, estudiante de primer año de biología, encontró el club en Hornslink y se involucró porque extrañaba a sus perros.
“Tengo tres perros en mi ciudad natal, y los extrañe y es un gran alivio para el estrés”, dijo Villasana. “Si estás teniendo una semana difícil y luego vas a ver a todos estos lindos cachorros, simplemente hace que toda tu semana sea perfecta”.
El club organiza una variedad de eventos sociales, desde Pintar con cachorros a Bark and Bake, proporcionando todos los materiales necesarios.
“Teníamos pintura, y podías sentarte en Zilker y pintar un cuadro”, dijo Ávila. “Proporcionamos lienzo y pintura (y) …hicimos golosinas para perros desde cero, usando avena y mantequilla de maní”.
Villasan dijo que su amor compartido por los perros le permitió llevarse bien con otros miembros cuando se unió al club por primera vez.
“Fueron las primeras semanas que estuve en la universidad, fui sola y no conocía a nadie en el club”, dijo Villasana. “Conocí a mucha gente nueva… Algunos de ellos trajeron a sus perros, pero muchos de ellos simplemente extrañaban a sus perros de casa”.
Aunque el club obtuvo socios leales durante el primer semestre de su establecimiento, Ávila dijo que correr la voz a otros estudiantes es un desafío.
“No conozco a ningún otro dueño de perros en UT”, dijo Ávila. Muchos de los dueños de perros que vinieron el semestre pasado se graduaron, así que todavía estamos tratando de que vengan más este semestre”.
Villasana dijo que su integración sin problemas en la vida social del campus refleja su participación en el club de socialización canina.
“He podido iniciar interacciones sociales … como ‘Oye, ¿quieres venir a (un) club de perros?’ y todos dicen que sí”, dijo Villasana. “Me ha ayudado a hacer muchos amigos nuevos”.
Ávila dijo que el club de bajo compromiso ofrece a los estudiantes una forma gratuita de relajarse y jugar con los preciosos caninos”. Su próximo evento fue en Barton Springs el sábado a las 11:30 am, con el título “Barking Springs”.
“Es una buena oportunidad para conocer a otros de UT, así como para pasar tiempo con perros”, dijo Ávila. “La terapia con perros es una cosa; es relajante poder jugar con perros”.
