La vida es una competencia de natación: no hay tiempo para mirar a tu alrededor. Se trata de mantenerte enfocado en tu carril y seguir avanzando. Lo único que puedes hacer para ganar es superar tu récord personal.
En lugar de compararte con los demás, concéntrate en tu historia, tu motivación y tus metas. Nadie te conoce mejor que tú mismo. Solo tú sabes todos los obstáculos que has superado. Es importante destacar tus habilidades, los estándares que te has fijado y las aspiraciones personales y profesionales por las que luchas.
“(Tú contra tú) es el enfrentamiento más intenso que tendrás en tu vida”, dijo Keylan Morgan, subdirector de preparación universitaria en la Texas Higher Education Coordinating Board. “Tienes que desafiarte constantemente a ti mismo internamente. Y, en ese sentido, también debes entender qué es lo que te motiva. Algunas personas se motivan de manera extrínseca, es decir, lo que sucede a su alrededor es lo que las impulsa. Pero a menudo les digo a las personas que deben encontrar esa motivación dentro de sí mismos”.
Para alcanzar tu potencial, debes descubrir tus pasiones y trabajar para desarrollarlas sin distraerte con los demás. Cada persona tiene fuerzas impulsoras y caminos diferentes en la vida, y eso está bien. Podrías sentirte tentado a seguir ciegamente los pasos de alguien más, pensando que ambos se dirigen al mismo lugar, pero corres el riesgo de terminar en un destino diferente.
“Al final del día, estás aquí por ti mismo y necesitas priorizar tus metas y exigirte a ti,” dijo Alessandra Garcia, estudiante de segundo año de finanzas. “El objetivo no es compararte con los demás porque tú debes trabajar por lo que quieres personalmente. Cada quien tiene sus propias metas de vida, cada quien tiene sus propios planes. Lo que funciona para alguien más puede que no funcione para ti.”
Además, las apariencias son poderosas y engañosas, por lo que compararnos con los demás es un error. Por ejemplo, muchas veces he sentido que soy el único que está teniendo dificultades en una clase, y después descubro que todos los demás estaban batallando igual o incluso más que yo. La mayoría de las personas no admiten sus dificultades y fingen tener todo bajo control, aunque no sea así. Por eso, competir contra los demás puede resultar en el síndrome del impostor.
“Uno de los mayores desafíos que enfrentamos todos los estudiantes en UT es el síndrome del impostor, y creo que lo desarrollamos por compararnos tanto con los demás”, dijo Garcia. “Nadie es perfecto. Al final del día, realmente solo vemos lo que las personas quieren que veamos. Entonces, cuando nos comparamos con otros, solo vemos su superficie”.
Los críticos podrían argumentar que compararte con los demás puede ser una fuente de motivación para salir de tu zona de confort. Aunque esto puede ser cierto, debemos tener cuidado cuando competimos contra versiones inauténticas de otras personas.
Recuerda, la verdadera competencia es tú contra tú. No dejes que otros te engañen cuando no puedes ver lo que sucede detrás de las apariencias.
Mendoza es un estudiante de filosofía de El Paso, Texas.