Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 4 de noviembre del 2023 por Evan Vieth y fue traducido al español por Nicolas Siman.
Cuando Kansas State completó un pase de 19 yardas en tiempo extra para colocar el balón en la línea de las seis yardas de Texas, cada corazón en el Darrell K Royal Stadium latía con fuerza. El estadio retumbaba con nervios, con los Wildcats a solo seis yardas de una derrota aplastante en tiempo extra que hubiera acabado con cualquier esperanza de un campeonato del Big 12 para los Longhorns.
Con 102,000 aficionados gritando, el mariscal de campo de último año de Kansas State, Will Howard, tenía a todo el país pendiente de él, anticipando lo peor para los aficionados de Texas. Pero la defensa de Texas aún no se había rendido.
“Con nuestros fans ahí, tan ruidosos y comprometidos, creo que esos 100,000 definitivamente nos ayudaron”, dijo Jahdae Barron, esquinero de último año de Texas. “Sentimos que estábamos acorralados y ellos nos levantaron”.
Con paradas en cuatro downs consecutivos, la multitud de los Longhorns se unió detrás del frente defensivo de Texas y les dio una victoria de 33-30, sobreviviendo la remontada y preservando las posibilidades de Texas de ser campeones.
Con Texas arriba 33-30 después de un drive fallido en tiempo extra, Kansas State estaba en control. Un touchdown y se acabó el juego; un gol de campo y sobreviven con probablemente más impulso que los Longhorns. Cuando el pase de 19 yardas entre Howard y el ala cerrada de tercer año, Ben Sinnot, se conectó, las posibilidades de los Longhorns lucían sombrías, pero el juego no había terminado.
“Nos puso a prueba”, dijo el entrenador en jefe de Texas, Steve Sarkisian. “Puso a prueba nuestra resiliencia, puso a prueba nuestra cultura de permanecer unidos”.
En la primera jugada, Howard realizó una carrera diseñada como mariscal de campo por el centro para dos yardas. Kansas State estaba un 33% en camino hacia la zona de anotación. Dos jugadas más como esa y sería una victoria de los Wildcats.
La siguiente jugada fue un pase, el área donde Kansas State había estado venciendo a los Longhorns. Howard y los Wildcats acumularon 154 yardas por pase en el último cuarto y el tiempo extra para liderar el regreso. Sin embargo, este pase fue bloqueado por el tackle defensivo de último año, T’Vondre Sweat, uno de los pilares de la victoria de Texas en tiempo extra.
Con 3ª y gol desde la yarda cuatro, los aficionados se sintieron más ruidosos que en toda la temporada. Howard tomó el snap, retrocedió, se movió y lanzó un pase certero a las manos del receptor de segundo año, Keagan Johnson.
Incompleto.
4ª y gol en la yarda cuatro, y el entrenador en jefe de Kansas State, Chris Klieman, tuvo que tomar una decisión. ¿Intentar el gol de campo y dirigirse a un segundo tiempo extra, o arriesgarse e intentar ganar el juego en ese momento? Tras un tiempo muerto de Texas, el ataque de los Wildcats, dirigido por Howard, regresó al campo.
Howard tomó el snap y fue inmediatamente presionado por la dupla de jugadores de tercer año, Barryn Sorrell y Byron Murphy, obligándolo a deslizarse y lanzar un pase improvisado que cayó justo en manos de Sweat, quien lo desvió.
“Estos son momentos por los que vives”, dijo Barryn. “Cuando el reloj se detuvo y los detuvimos, fue pura emoción y alegría”.
Euforia es la única palabra para describir el ánimo de los Longhorns. Los jugadores corrieron a lo largo del campo en celebración, los fanáticos estaban enloquecidos y Texas se mantenía con solo una derrota en la campaña.
“Fue una gran experiencia, las palabras ni siquiera pueden describirla”, dijo Sorrell. “Te sientes tan agradecido por momentos como esos, y obviamente por eso te pones el casco”.
En el lado ofensivo del juego, Texas empezó fuerte, pero terminó débil. El mariscal de campo suplente de primer año (redshirt), Maalik Murphy, llevó al equipo a una ventaja de 17 puntos en las primeras cuatro series, conectando pases largos con el receptor de tercer año, Adonai Mitchel, en múltiples ocasiones.
“Estábamos enfocados”, dijo Murphy. “Honestamente, todos los receptores tuvieron una gran semana de práctica y yo estaba seguro al entrar en este juego”.
Pero la ofensiva se estancó, no anotaron durante más de 13 minutos entre el segundo y tercer cuarto al pasar cinco series seguidas con pérdidas de posesión o despejes. Se recuperaron tras un balón suelto forzado por el apoyador de segundo año, Ethan Burke, en el tercero, anotando con una carrera de cinco yardas del corredor de segundo año, Jonathon Brooks. Aparte de esa serie con posición de campo favorable, comenzando en la yarda cinco de Kansas State, no lograron anotar más touchdowns después de los 11:34 restantes en el segundo cuarto.
“Hay cosas de las que esperamos crecer en este juego, de las que esperamos seguir mejorando”, dijo Sarkisian.
Murphy terminó con 248 yardas, un pase de touchdown y dos intercepciones, con Mitchell logrando el touchdown y 149 de esas yardas totales. El corredor de segundo año, Jonathon Brooks, añadió 112 por tierra, mientras que el novato Cedric Baxter sumó 90 con apenas 10 acarreos.
“No somos un equipo unidimensional”, dijo Sarkisian. “Tenemos muchas formas en las que jugamos muy buen fútbol y no dependemos de un solo aspecto para jugar bien”.
Los Longhorns viajarán a Fort Worth la próxima semana para enfrentar a los TCU Horned Frogs, con el campeonato de la Big 12 acercándose.