Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 11 de septiembre por Diego Saldaña y fue traducido al español por Mariana Flores-Sosa.
Advertencia de contenido: esta crítica incluye menciones de autolesión
Desde comparar relaciones personales con baños y rastrear un paquete hasta enfrentar la realidad de la muerte, la tercera y última temporada de “How To with John Wilson” invoca una variedad de emociones profundas. El estilo de videos y tutoriales cotidianos de Wilson desciende en espiral a través de las personas extrañas que entrevista. A lo largo, momentos llenos de incomodidad, risas y emoción hacen que los espectadores no sepan si llorar, reír o apagar la televisión.
Al igual que las previas temporadas, la tercera está repleta de imágenes plenamente sinceras de los residentes de la ciudad de Nueva York. La ciudad brinda a Wilson excelentes oportunidades para completar su narración aparentemente sin sentido. Una escena muestra a alguien lavándose los pies en una fuente de agua pública mientras habla de higiene personal, y otra muestra a varias personas que se mueven incesantemente.
Las entrevistas espontáneas de Wilson constituyen el encanto central del programa, y la última temporada no es una excepción. Al final de la temporada, los espectadores perderán la cuenta de los fascinantemente excéntricos entrevistados de Wilson. Los sujetos incluyen a un hombre que planea trasladar a su familia a un silo de misiles, culturistas en una competencia con el tema del 11 de septiembre y un pequeño grupo de coleccionistas de aspiradoras antiguas.
Sin lugar a dudas, “How To” tomó innumerables horas para filmar, escribir, editar y producir. Aunque el programa a veces gana demasiado impulso, lo que hace que algunos episodios parecen apresurados. Hay veces en los que Wilson abandonó su tema original para explorar problemas en su vida personal de forma abrupta. En temporadas anteriores, Wilson hace un mejor trabajo al hacer que el espectador olvide que se ha desviado tanto del tema. En la tercera temporada, la ridiculez del programa parece demasiado agresiva y desanima al público. Un buen ejemplo sería el tercer episodio, cuando “How to Work out” rápidamente se convierte en una exploración del éxito de su programa.
La tercera temporada muestra la voluntad de Wilson para volverse raro a un nuevo nivel, sobre todo cuando Wilson conoce a un anciano que está inscrito en Criónica. A través de una extensa interrogación profundamente personal, Wilson descubre que sus motivos provienen de nunca poder tener a una familia debido a la autocastración. Este detalle profundamente inquietante cambia por completo el estado de ánimo del episodio, pero resulta apropiado para el final de un programa que mantiene a los espectadores incómodos pero entretenidos.
A pesar de la naturaleza inquietante de la última temporada, también hay un componente afectuoso y conmovedor. Wilson de alguna manera encuentra una manera de relacionar “How to Watch the Game” con una conferencia de aspiradoras antiguas y el fallecimiento de su abuela. Las historias de sus entrevistados dejaron al público con los ojos llorosos.
Al final de la temporada, los espectadores sienten una gran cantidad de emociones gracias a las escenas e historias de la vida cotidiana. La acumulación de planificación meticulosa de Wilson da sus frutos con la conclusión de una obra maestra y moderna y tal vez un nuevo género de reality shows.
4 aspiradoras antiguas de 5